Galeria Arte Africano

Originalmente destinada a desenmascarar a los hechiceros, esta máscara de caolín blanqueada, esculpida en la víspera de las ceremonias, refleja un deseo de intimidar. Acompañado de palabras, gestos, danzas y sacrificios, también intervino durante las iniciaciones fuera de la vista de los profanos. Pátina mate aterciopelada. Erosiones y grietas.
La aparición de estas máscaras generalmente recubiertas de caolín (el color blanco evoca el poder de los ancestros), en medio de la noche, podía causar terror. Este tipo de máscara fue utilizada por la sociedad masculina ngil que ya no existe en la actualidad. Esta sociedad secreta se encargaba de las iniciaciones y luchaba contra la brujería. El ngil era un rito de purificación del fuego simbolizado por el gorila. Garante de la paz, fijó también las estaciones, el lugar donde debían establecerse los pueblos y las condiciones de explotación de las tierras agrícolas.
Los portadores de estas máscaras, siempre en gran número, aparecían de noche, iluminados por antorchas. Su intervención también estuvo ligada a la función judicial al señalar a los culpables de las malas acciones dentro del pueblo. La etnia fang, establecida en una región que se extiende desde Yaundé en Camerún hasta Ogooué en Gabón, nunca ha tenido unidad política. La cohesión del clan se mantuvo a través de asociaciones religiosas y judiciales como los so y los ngil.