Esta figura conmemorativa de un dignatario benigno, representada sentada, hace de intermediario entre el mundo espiritual y el pueblo Edo, y se distingue por sus adornos en cuentas de ágata y coral. Siendo los reyes de Benín sobre todo soldados, se le representa con atributos simbólicos que ilustran el poder. Este bronce podría constituir la punta de un palo. Antes de la destrucción del palacio del Reino de Benín en 1897, el carácter divino de los reyes, los Oba, se ilustraba en múltiples obras que celebraban su poder. Las escenas de guerra que los glorificaban se reproducían en placas narrativas, en bronce, y se adosaban a las paredes. Suntuosos altares de bronce, figuras conmemorativas de caciques difuntos, majestuosos felinos, pesados brazaletes, tobilleras y recades fueron producidos en cantidad en muchos talleres de fundición utilizando la técnica de fundición a la cera perdida. Abrasiones, faltas menores.
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