Las monedas africanas primitivas adoptan una amplia variedad de formas, y éstas a veces adoptan, en el arte tradicional africano, la apariencia de esculturas tribales particularmente estéticas. Algunas piezas tipo azada se utilizaban en los años 50 en Nigeria para adquirir una esclava o una esposa. Era necesario reunir alrededor de cuarenta por cada esclavo, y en aquella época constituían parte de la dote para la mayoría de las tribus bantúes. Alto sobre base: 42 cm. En África, antes del período colonial, los pagos nunca se hacían con monedas: las transacciones se hacían con conchas de cauri, perlas, ganado vacuno, nueces de cola, pero también con metales, incluido el hierro en particular. Estas monedas primitivas se utilizaban durante los intercambios comerciales y sociales, en particular para las dotes, pero también podían constituir objetos de exhibición o armas arrojadizas. En Sierra Leona, los bienes se valoraban frente a barras de hierro llamadas barriferri. En 1556, en Djenné, Jean-Léon l'Africain observó que la población también utilizaba el hierro para pagar "cosas de poco valor". El rey generalmente controlaba la producción o entrega de la moneda del reino.
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